Contratos que estaban fuera de presupuesto y capacidad de pago, transferencia de fondos entre regímenes, tributos retenidos pero no declarados, mecanismos lentos para honrar las deudas y ausencia de control interno, fueron los detonantes que crearon un clima propicio para la corrupción y el saqueo en el IHSS.

En 2013, en pleno proceso electoral, nadie hubiera imaginado que el dinero de los derechohabientes—a quienes mensualmente se les deduce un aporte de su salario—se estaba desviando a cuentas y bienes de funcionarios, empresarios y hasta partidos políticos. Quienes sí estaban enterados y callaron, prefirieron ocultar uno de los mayores escándalos de corrupción en la historia de Honduras.

Para enero de 2014, cuando entró en funciones la Comisión Interventora del IHSS encabezada por Vilma Morales, expresidenta de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y de la Comisión Nacional de Banca y Seguros (CNBS), se confirmó que al menos 6.3 millardos de lempiras fueron sustraídos de las arcas de la institución, en detrimento de la población.

La falta de medicamentos, los retrasos excesivos en los pagos de incapacidades y la decadencia en la calidad de los servicios, debieron encender las alarmas. Pero en un país donde el pueblo ha sido víctima de un sistema sanitario deficiente, un grupo de aproximadamente 300 personas saqueó los recursos financieros y debilitó por completo la institución. Y es que solo en deudas a proveedores, transferencias, derechos laborales, incapacidades y contratos, el IHSS adeudaba 1.9 millardos de lempiras.

Deudas legítimas versus estafas

Cuando la Comisión Interventora tomó posesión e inició las indagaciones, largas filas de proveedores se presentaban a las instalaciones del Seguro Social en busca de respuestas.

“Iniciamos un proceso de certificación de la deuda, nos tenían que acreditar verdaderamente que esa deuda era real, existente”, comenta la abogada Vilma Morales, quien junto a German Leitzelar y Roberto Salinas, conforma la Comisión Interventora del IHSS.

Recuerda que incluso los representantes de los fabricantes internacionales se acercaron al IHSS para asegurarse de que podían continuar proveyendo a las casas nacionales, porque “ellos les decían que les debían”.

Antes de que estallara el escándalo, los proveedores no siempre contaban con la documentación de respaldo que permitiera comprobar la entrega de los productos adquiridos. Los procesos de control interno en el instituto de previsión eran débiles, o nulos.

Operación sin control

El IHSS no tenía un área de Actuaría, pese a estar establecido en la Ley, y el auditor interno fungía además como asesor de la Junta Directiva.

La persona que se desempeñaba como tesorero se dio a la fuga al divulgarse la emisión de un requerimiento fiscal que le involucraba. Entre otros bienes, las autoridades le decomisaron una vivienda valorada en XX millones de lempiras, en una de las áreas residenciales más exclusivas de la capital hondureña.

Era una avenida fácil para hacer todo lo que se hizo, para afectar a un colectivo afiliado. Este es un sistema por el cual hay que pagar y cada persona que se afilia merece respeto cuando viene a reclamar un servicio, lo debe tener”

-Expresa Morales

A su criterio, las fallas fueron generalizadas. “Se falló a nivel de la institucionalidad, los controles fueron débiles, no hubo de parte de las estructuras internas a niveles profesionales la capacidad de decirle a una gobernanza lo que debió oír en ese momento, y no lo que quería oír. Al final esto ha tenido un costo social, un costo económico y deja una huella profunda en la sociedad”.

Cambio, fortaleza y compromiso

Dada la situación que enfrentaban, fue necesario negociar acuerdos de pago con la Dirección Ejecutiva de Ingresos (ahora Servicio de Administración de Rentas), el Instituto de Jubilaciones y Pensiones de los Empleados Públicos (Injupemp), el Servicio Nacional de Acueductos y Alcantarillados (Sanaa), la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) y el Instituto de Formación Profesional (Infop).

De igual manera, el IHSS gestionó créditos con la banca nacional por 1.9 millardos de lempiras, con el objetivo de saldar deudas a proveedores, servicios subrogados, incapacidades, sueldos y salarios.

En el caso de los proveedores, fue fundamental acreditar la realidad de la deuda, ordenar la documentación correspondiente y hacer estudios de mercado. “Algunos no regresaron a cobrar porque no tenían sus impuestos al día”, explica Morales.

“Se debió adquirir compromisos para poner al día obligaciones adquiridas, no honradas, y queremos decirlo con mucha responsabilidad: evitamos demandas. Si una deuda como la que tenía el Seguro Social hubiera tenido el costo de enfrentar demandas en los juzgados, hubiera sido impagable y habría representado un costo muy alto para los ciudadanos”, asegura.

Las cuentas por pagar se redujeron de un período de 90 días a 40 y en la actualidad, el 90% de los pagos se hace mediante transferencias en lugar de cheques, evitando que se realicen negociaciones bajo la mesa con personal de la institución. De acuerdo con Morales, esto ha permitido poner en marcha un proceso de pago más eficiente y blindar el proceso.

“Esos mecanismos lentos de pago propician un clima apto para la corrupción. Hoy en día, hemos establecido un mecanismo de pago y apostamos por un sistema eficaz”, afirma. Y añade que “se ha mejorado el modelo de gestión, tomamos un periodo determinado para establecer las causas del deterioro y se han corregido aquellos temas que, consideramos nosotros fueron el punto de partida de la crisis de la cual la institución se viene recuperando”.

“Podemos decir con certeza que se han alcanzado mejor estadios, mejores espacios que no permiten seguir comprometiendo recursos más que aquellos que estén consignados en el presupuesto. Se ha logrado separar los tres regímenes que obviamente son parte de este órgano de seguridad social”.

Podemos decir con certeza que se han alcanzado mejor estadios, mejores espacios que no permiten seguir comprometiendo recursos más que aquellos que estén consignados en el presupuesto. Se ha logrado separar los tres regímenes que obviamente son parte de este órgano de seguridad social”

Cuánto se hubiera hecho con lo saqueado…

En 2015, el Seguro Social cerró con 28,565 cirugías y 2.266,764 atenciones médicas. Con la ampliación de la cobertura a 18 años para los hijos de los afiliados directos, se suscribieron 6,066 beneficiarios adicionales.

Al menos 1,300 millones de lempiras fueron destinados a la compra de medicamentos y 291 millones para material médico-quirúrgico. Otros 2,500 millones de lempiras se asignaron al pago de planillas y alrededor de 257 millones al pago de incapacidades.

En septiembre de 2016 se inauguró la nueva sala de hemodiálisis con 42 nuevas máquinas para atender a 216 pacientes en Tegucigalpa y en San Pedro Sula se abrieron cuatro salas de medicina y cirugía con 104 nuevas camas.

Al cierre de 2016, 22 nuevas camas estaban disponibles en la sala mixta de cirugía, se realizaron obras de rehabilitación en la Clínica Regional de La Ceiba por 5 millones de lempiras en infraestructura y 12 millones en equipo.

Además, se invirtieron 400 millones de lempiras en el pago de servicios subrogados en las ciudades donde el IHSS no tiene capacidad instalada, se ahorraron 146.2 millones de lempiras en contratos por el servicio de hemodiálisis y ya se vislumbra el traslado de la consulta externa al antiguo edificio de Crédito Prendario, el cual fue cedido por el Estado al IHSS.

Ante estas cifras, no queda más que preguntarse: ¿cuánto más se pudo haber hecho por los derechohabientes con todo el dinero que fue saqueado del Seguro Social? “Con todo esto que se ha dilapidado, hubiéramos tenido un hospital de primer nivel”, reflexiona la titular de la Comisión Interventora.

Solo 15 millones de lempiras han sido devueltos

Aunque muchos bienes vinculados en el caso del IHSS han sido incautados a nivel nacional e internacional, apenas 15 millones de lempiras (US$700 mil dólares) han sido devueltos a través de la Oficina Administradora de Bienes Incautados (OABI). Comparado con el total de 6.3 millardos de lempiras (US$300 millones) que se supone que el IHSS perdió mientras Mario Zelaya estuvo al mando, esta cantidad representa apenas 0.25% de lo perdido.

La Comisión Interventora reconoce que los procesos son lentos porque se enmarcan en acciones penales. Sin embargo, esperan más acciones por parte del Ministerio Público.

Hemos hecho un compromiso serio con el Ministerio Público. Más de un centenar de documentos han sido trasladados, certificados, para el Ministerio Público, además de los documentos que han sido requeridos como pruebas".

-Expresa Morales

Pero al mismo tiempo, recuerda que “aún hay personas pendiente de ser capturas y presentadas en los tribunales, sobre las cuales ya pesan señalamientos".

Las reformas son necesarias

Para la interventora, la reforma implica en primer lugar ordenar toda la estructura de una red hospitalaria pública-privada, pero trabajando con ética. “A nuestro juicio, tenemos que ver los pilares que sostienen el sistema. Tenemos un órgano rector que debe dedicarse a eso, que es la Secretaría de Salud y así lo manda la Constitución de la República. Pero toda esta red pública hospitalaria debe estar al servicio del país, al igual que aquellas organizaciones privadas que se dedican a la prestación de servicios de salud. La seguridad social integrada puede ser maravillosamente beneficiosa para toda la ciudadanía”.

Esta reforma, destaca, debe enmarcarse en la Ley del Seguro Social, así como en el cambio en la gobernanza y principalmente en la modalidad de selección de los responsables de dirigir el Instituto. Amerita también, establecer mejores estructuras de control interno y la creación de unidades especiales de control y seguimiento de las normas.

La sociedad debe despertar

Para Morales, lo acontecido en el IHSS es una muestra de la pasividad que ha demostrado la sociedad ante las injusticias y la corrupción. Si bien tradicionalmente las asociaciones sindicales han reclamado en las calles que se respeten sus derechos, cabe recordar que “para que se respeten sus derechos hay que cumplir obligaciones y en muchos de los casos, lamentablemente somos más proclives a reclamar derechos y a olvidarnos de nuestras obligaciones”.

“Si cada uno hubiera cumplido su función, muchas de estas cosas no hubiesen pasado. Hubo personas que durante meses no recibió el pago de las inapacidades, y nadie dijo nada. Se trata del dinero de los trabajadores y algo como lo que ocurría no debió pasar desaparecibido", explica Morales.

Agrega que la ciudadanía no debe aceptar la corrupción y tampoco debe ser parte de ella. "Todos, como sociedad, debemos pasar a una mejora significativa para la organización y eso implica un uso adecuado de los servicios, y la correcta adminitración”.

Morales reconoce que hoy en día, el sistema carece de muchas especialidades y por lo tanto, es difícil satisfacer una demanda integral, pero “lo que no se hizo en más de 50 años, no se va a hacer en dos”, explica. "Como hondureña, junto a Roberto Carlos Salinas y German Leitzelar, hemos hecho una labor de compromiso ciudadano sin costo alguno para el Seguro Social”.